¿Quíen soy?
El reinventarse, un viaje de transformación y una tribu son palabras que me definen.
Así que, la afirmación que mejor me define sin duda es: “soy artista”.
Me siento artista, porque para mí todo lo que la vida me ha enseñado forma parte de una obra, una creación basada en el arte de enseñar a otros lo que he logrado transformar en mi a través de mi propia experiencia de vida.
Lo que hago en estos momentos me gusta muchísimo, porque soy mentora de maestros de yoga y bienestar y veo en ellos una tribu que colabora entre ella y se multiplica, sembrando una conciencia de auto cuidado y amor propio.
Pero al mismo tiempo en mi vive todo mi pasado, mis errores y mis aciertos como la profe de yoga, de danza, de tango, la emprendedora y la que se reinventa cada vez que la vida me pone una prueba, un desafío, un fracaso y sobre toda a las oportunidades en la que he decidido con un sí.
y estoy feliz de poder aunar todas esas experiencias y sabidurías en las enseñanzas que transmito a día de hoy con mis mujeres shambala
La mentora, sale de años de ser memorizada por grandes maestros tanto de yoga, danza como de negocios digitales.
(Foto)
En definitiva, mi Dharma, mi verdadera devoción es el arte de educar, de enseñar y compartir conocimiento. Es algo que me ha apasionado toda mi vida.
Me encanta enseñar y transmitir lo que he aprendido de prueba y error, eso se llama experiencia.
He fracasado, muchas veces, por qué lo he intentado muchas veces, hasta que lo he logrado.
Estos 20 años de profundo amor al arte de enseñar, lo he puesto en un método donde pongo una parte vulnerabilidad, y desde acercarme a ese ser imperfecto que es el “yo”, por qué en esa deliciosa imperfección vine mi autenticidad
Si aun así y con el objetivo de situarte un poco más sigues con ganas de saber algo de mi procedencia. Te diré que nací en Bogotá.
En mi casa nunca me faltó el pan, sin embargo, puedes hacerte una idea por la época (años 90 ́) y el lugar, de las muchas carencias que teníamos en casa. No solo afectivas, también a nivel de mentalidad porque frases como: “eso no se puede hacer”, “eso no es para nosotros”, “eso es mucho”, “eso es muy caro” estaban a la orden del día.
Tuve que trabajar mi mente de escasez para poder volar alto
En mi casa, siempre me vi con las alas cortadas: atrapada bajo un montón de creencias limitantes y frustraciones por la economía, la relación de mis padres que se resquebrajaba, episodios de malos tratos, violencia, etc. En definitiva, un drama.
Todo eso provocó que tomara una de las decisiones más importantes de mi vida, que me cambió por completo, y que fue irme a los 15 años de mi casa.
Me fui muy jovencita, y eso para bien o para mal me determinó, me enseñó a tomar decisiones, y aprendí a arriesgarme.
Tomar riesgos recompensa
A los 19 años comprendí que tenía que marcharme de Colombia para conseguir el sueño de convertirme en bailarina profesional de tango.
Tomé el Expreso de bus más largo que hay en el libro de los Güines de los Récords y que va desde Caracas hasta Buenos Aires, yo lo tomé desde Bogotá hasta la ciudad bonaerense.
La falta de recursos y dinero hizo que me embarcara en este duro e interminable viaje, pero es que la ambición y la ilusión de mi sueño, me empujó para adelante.
En Buenos Aires encontré buenos mentores que me enseñaron muchísimo. Allí también tuve que trabajar mucho y muy duro, pero encontré gente que estaba en ese camino que yo buscaba, quería aprender de ellas, sentir su energía y saber cómo pensaban y que hacían para llegar a estar donde ellos estaban que era bailar en grandes escenarios.
Desde muy joven pude descubrir que esa era la mejor forma de volar alto: encontrar y juntarme con gente alineada conmigo, que tenía lo que yo quería conseguir, verdaderos mentores.
Descubrí el concepto clave: Una tribu, y un mentor
Y con ellos, por fin conseguí mi sueño. Llegó el éxito, hasta llegar a Hong Kong. Había llegado a lo más alto, ganaba bien y viviendo de mi pasión enseñando y conociendo el mundo.
Y aun así no era feliz de verdad, en mi cuerpo fui acumulando cansancio de años de viajes, no dormir bien y excesos de una vida bohemia.
Cuando sabes que tienes que cambiar y seguir tu instinto, pero tu ego se interpone
Paso más de un año con la dualidad en mi cabeza dejarlo todo y empezar una vida nueva.
Hasta que mi propio cuerpo me dio un ultimátum. Hizo saltar la alarma, y literalmente me enfermé.
Sentía profundamente enseñar yoga, enseñar una forma más amorosa y más profunda de autoconocimiento a través de trabajo de cuerpo, mente y espíritu.
Hice el primer Teacher Training yoga TTY en Hong Kong. Como buena primeriza me fui al influencer de yoga más importante por ese entonces en esta ciudad.
Con Patrick Gridman, fundador de Pure Yoga. En esta formación…sí que es verdad que aprendí mucho, este señor sabía un montón, pero también pagué mucho dinero.
Y salí de este 1º teacher training sintiendo que sí, había aprendido mucho en mi práctica, pero que no me sentía con la seguridad y de hecho no tenía las herramientas necesarias para enseñar yoga yo.
Y no me sentía satisfecha con eso.
Lo que más me apasiona es enseñar y con este TTY no me sentía con la confianza de enseñar aún que he aprendido mucho con Patrick y estoy profundamente agradecida con él no me sentía lo suficientemente buena para enseñar yoga.
Por este motivo, decidí volver a dejarlo todo y trasladarme a la India.
Viví un año en Rshikesh.
En esta ocasión volví a hacer lo mismo que hice en Buenos Aires. Busqué a gente que ya estaba cosechando el éxito que yo pretendía tener para juntarme y aprender todo de ellos.
Y ¡adivina! Ellos también se basaban en la creación de una tribu y mentores excepcionales. Me centré en encontrar mentores que me dieran las mejores herramientas para convertirme en una mentora capaz de crear una tribu.
Y conocí a la maestra de maestros: Usha Devi. Ella cambió mi cabeza por completo.
De ella me inspirado como ejemplo de cómo ser una maestra excepcional entendí la importancia de tener un método, de meter en ese método una experiencia, y cómo ser un verdadera influencia con lo que enseñas.
Me enseñó cómo tener una visión, y, sobre todo, algo que para mí es muy importante, y que enseño en mi forma de enseñar y de enseñarme a mí misma cada día, el arte del desapego.
Que no te importe lo que te digan los demás, que no te importe, si te aprueban o no de tus alumnos, siendo fiel e íntegro con tus propios valores personales y profesionales.
Y así fue como mi vida cambió. De hecho, pasé del tacón y el vestido sexy del tango, a pantalones de algodón ecológico y las chanclas. Me encantaba mi nueva yo.
A partir de ahí empezó una etapa llena de viajes, hasta que me enamoré en Ecuador de un español, y allí en Ecuador volví a empezar de cero.
Sin embargo, aunque tuve que reinventarme por completo, con un nuevo emprendimiento, y donde nadie me conocía, volví a crear oportunidades donde nadie las veía entonces.
Lo conseguí gracias al método que mejor me había funcionado siempre y que para mí es infalible, que es acercarme a las personas con la abundancia y el éxito que yo quería conseguir.
Gente creativa, que me inspiraba a romper mis límites y así conocí a Sofía y Rachel una yoguis emprendedoras que querían abrir un estudio de yoga con una propuesta totalmente innovadora en Quito.
Tengo el placer de ser parte del proceso de creación de este estudio de yoga en Ecuador, Hot Yoga, alcanzando de nuevo mucho éxito, convirtiéndose en uno de los estudios referentes y TOP de Ecuador.
Luego tuve el orgullo y el honor de fundar el primer estudio de Aero-Yoga en Quito – Flying Fitness
Mi esposo extrañaba a su familia y quería volver a España, para mí el amor es un motivo de peso como para afrontar un nuevo comienzo, y vi la parte positiva de volver a empezar nuevamente, poder cumplir, otro sueño que tenía:
Juntar mis dos pasiones: enseñar y viajar.
Así fue como fundé Viaje Wellness.
Experiencias y viajes educativos de yoga y bienestar.
En donde he creado viajes transformacionales para mujeres, y de bienestar.
En ellos he creado para mi tribu algunos viajes excepcionales por rutas mágicas, como la Ruta por el desierto en luna llena: un ritual para para mujeres que quieren empezar una nueva etapa.
O los viajes a Bali para crear experiencias de bienestar en lugares típicos de este paraíso.
También en India conociendo al Dalai Lama, así como otras grandes experiencias educativas en formato digital, que realmente enganchan y enamoran a las personas a través de un método de enseñanza digital.
Mi sueño sigue siendo hoy muy grande y muy ambicioso, ahora es imposible que se trate solamente de mí.
Mi sueño ahora es crear una red de maestros expertos en tribus que así multiplican y expanden el arte de vivir en balance y en bienestar con el yoga y la meditación
Mi sueño es ver una gran tribu de educadores que colaboren y se ayuden entre sí, Este es mi propósito.
Educadores que sean líderes de cambio.
Tenemos un gran arma y herramienta para cambiar el mundo, y es la educación.
Hoy más que nunca estamos llamados a sanar con nuestro arte y multiplicarlo.
Estamos viviendo un momento precioso de cambio, y hoy más que nunca los estamos llamados a estar presentes con este arte como profes o futuros profes de yoga.
Yo me veo sin límites. ¿Y tú? ¿Tú cómo te ves?